Calvo que odia a Dios

Bueno, no exactamente, pero es un humorista bastante...radical, por lo que he leído. Os pongo el texto que acompañaba al vídeo, es un genio. Lo siento por la parte que te toca, Novi.

-En Suecia no nos gustan las bromas de sexo. En Suecia nos gusta follar.

…y el público americano dejó de reírse; cambiaron las carcajadas por un incómodo silencio que se adueñó de toda la sala. Estaban viendo el monólogo de un comediante y no esperaban una frase tan dura que cortara en seco sus carcajadas. Pero eso era justamente lo que pretendía el entrañable humorista: hacerles sentirse violentados, cuestionados, ponerles de golpe frente a sus propios tabúes… “¿esto es humor?”, se debieron haber preguntado.

El monologuista en cuestión era Magnus Betnér, cómico sueco de lengua hiperactiva al que le entretiene ir cuestionándolo todo, hablar sin parar y hacerte reír hasta que encuentra esa broma específica que ya no te puede hacer gracia. Porque ataca a tu identidad, religión, moralidad, o a lo que sea que tú pensabas que no era motivo de chiste… y con eso Magnus se sentirá satisfecho.

Este toca-narices vive, como el protagonista de Déjame entrar, en el barrio de Vällingby en Estocolmo, a una parada de metro de donde hace un tiempo me tocó malvivir durante un par de meses. No me extenderé en detalles, sólo decir que viendo el lugar in situ se comprende más fácilmente esa manera seca y áspera que tiene de largar.

El vídeo que viene a continuación es un trozo de su monólogo Tal till nationen (Discurso a la nación) que he traducido. Aunque Betnér no sólo hace monólogos en sueco sino también en inglés, así que con algo de suerte los que andéis por Dublín o Londres podréis pillarlo actuando en directo en un idioma más corriente.

Por último decir que aunque sea cómico, expresivamente no es precisamente Chiquito de la Calzada; hay que entender que el chaval es sueco y no de Cádiz, no se le pueden pedir peras al olmo…

Señoras y Señores, con ustedes Magnus Betnér: